El término DIY corresponde a las siglas en inglés: Do It Yourself. Lo que traducido a español significa Hazlo Tú Mismo. Es decir, lo que antes llamábamos manualidades, ahora se le llama DIY. Como pasó en su tiempo con las magdalenas y los cupcakes, me entendéis.
Aunque, el término DIY tiene una connotación muy concreta. No se refiere a una manualidad cualquiera, sino más enlazado al bricolaje y la decoración. Por eso, es habitual encontrarlo en este tipo de blogs, o en algunas revistas de decoración.
¿De dónde proviene el término DIY?
Nace en EEUU como una nueva filosofía. ¿Por qué comprar algo que vale demasiado, cuando puedo hacerlo yo mismo/a? Pues eso, Do It Yourself.
Era un método anticapitalista, en el que las personas cubrían sus propias necesidades. Si hay que arreglar algo… lo arreglaremos nosotros.
Sin duda, esta técnica se ha viralizado y actualmente es muy seguida. Pero, ¿por qué?
Hacerlo tú mismo es más barato, ¡pero no solo eso!
Así es. El principal motivo de todo, es que es un método para decorar mucho más barato. Pero no es el único motivo.
Mediante el DIY consigues una decoración única, ya que eres tú quien decide cómo será tu decoración. Los colores, el estilo, los detalles… todo lo eliges tú. Sin duda, mediante esta técnica consigues una decoración diferente y con un valor personal que no te conseguirás en ninguna tienda.
Todo vale para el DIY
Puedes hacer cualquier cosa. Cualquier decoración. Desde un centro de mesa, hasta una cama con palets. Solo hay que ponerle ganas y empeño. Además, encontrarás múltiples tutoriales en Internet, y en este blog. ¡No te preocupes!
El DIY es una técnica cada vez más extendida. Y razones no faltan. Es una forma de divertirnos mientras decoramos nuestro hogar. ¡Además de barato! ¿Te animas a hacerlo tú mismo? 😉